Soy el centro de mis propias escrituras.
Siempre al escribir me invade la necesidad de describir algo romántico, algo en que una simple parejita muera desangrada en un baño, abrazados contra la pared y besándose. No tengo razones, no tengo pareja [Cabe destacar que esto escrito era de la época en la que SÍ no tenía pareja]; y carezco así de una inspiración válida para escribir. Nada me tienta, nada me inspira. Y necesito de mí misma para escribir algo que no sea repugnante aunque a mí me espante. Son descripciones mías, donde me destruyo haciendo autocríticas, hablando de mi asquerosa auto estima y de mis pocos talentos.
No es falsa modestia, no puedo evitar decir que soy insulsa o demasiado demostrativa. No dudo en decir que la gente me ama y me odia, que doy razones para que me odien.
No me tiembla el pulso en lastimarme y después esconderlo bajo una manga y poder decir que es algo de lo que la gente no sabe, que es un ocuro secreto mi facilidad para automultilarme. Digo libremente que soy hitérica y no histeriqueo, o pido perdón al hacerlo porque me interesa de más lo que piensen de mí, porque soy insegura y me cuesta de más no ser alguién que ocupe mucho lugar.
Odio la frase 'Te amo' cuando es prematura, pero ¿Quién se da cuenta de que es prematura? Nadie. Simplemente es fácil decirlo y después derrumbar a la otra persona cuando es obvio que era mentira. Digo esa frase muchas veces. Se lo digo a varones y a mujeres, se lo digo a veinte personas cuando se lo merecen cuatro. Dos mujeres y dos hombres.
Oculto mi realidad porque no me gusta, porque no me hace llorar, simplemente me deja el nudo en la garganta fuertemente atado. Porque es algo a lo que me sé condenar, y soy libre de cambiarla o mentalizarme de que puede cabiar.
Soy muy débil, y me hago más fuerte con cada situcación que me lastima. Eso es lo que odio, que tenga que ser herida o herir para ser más fuerte. Y ultimamente me estoy sintiendo más débil de lo normal, me siento sensible y cualquier cosa la malinterpreto y convierto en algo que me lastime fuertemente, y luego, por arte de magia, se hace algo tan liviano y armonioso que hace que mi estado de ánimo cambie totalmente. Y como el vidrio que pasando rápido del frío al calor se quiebra, mi humor hace lo mismo; se hace altamente moldeable, cualquier persona que entre en mi vida es automáticamente dueña de mi estado de ánimo.
Voy a destiempo; tardo en querer a una persona como lo merece cuando me doy cuenta de que mi reloj infantil ha parado y no tengo tiempo para hacerlo. Ahí es cuando
pierdo otra oportunidad.
Destruirme con palabras es fácil, destruirme físicamente es fácil, irrumpir mi realidad es fácil, hacerme feliz es fácil, lastimarme es fácil, recibir mi perdón es fácil, ganarse mi odio es fácil. Soy una enorme contradicción. Soy lo que quieran ver, soy extraña, soy idiota, soy incomprendible porque soy moldeable.
'Doy razones para que me odien.' Y no me odian, ¿Cómo odiarme? Si lo único que hago es dar razones para que lo hagan, y ellos lo contradicen. Si soy tan insignificante que pueden lastimarme de la peor manera y doy el perdón al instante. No quiero que me odien, quiero que sean concientes de lo que soy, del monstruo que soy capaz de ser, de la asquerosa deformidad a la que se enfrentan. No soy perfecta, para nada, no soy plástico. Es difícil, pero no me odio, por el simple hecho de que estoy conciente de lo que soy, y puedo amarlo como odiarlo. Opto por amarlo. Odiarlo es otra razón para volver a automutilarme, amarme se hace más fácil.
Y aún me sigo considerando inmortal, ¿alguien lo es?
Lo dije, soy el centro de mis propias escrituras, no pienso cambiarlo, es lo que me mantiene amándome, es recordarme que soy ésto.
¿Sigo sin ser odiada por nadie?
S o l a N u n c a E s t a r a s
Hace 15 años
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