lunes, 18 de agosto de 2008

penetranteINCERTIDUMBRE

El no saber qué está pasando.
El perderse de lo que te rodea.
El estar pendiente de las cosas y no llegar a nada.
El intentar sin resultados.
El buscar algo que no existe.
El tratar de llegar a algo creado por mi dehilachada mente.
Yo lo llamo penetrante incertidumbre.

Intrusa, malévola se interna en tus pensamientos para operar en ellos, astillándolos y haciendo que pasen a ser dolorosos y macabros. Logra crear en los pasillos de tu cabeza sucias cámaras de pensamiento en las que nada llega a ser bueno, en lo que todo duele y todo tiene un precedente que lo respalda aunque sea la idea más descabellada.
Sentimiento de reemplazo. Invade profundamente mi verdad para hacerla distinta, en la que hay otra que es en cantidades mejor que yo, que me gana, que puede llegar a hacer peligrarlo todo. Aunque me hayas dicho repetidas veces que soy la única y que nunca me vas a cambiar por nadie. La penetrante incertidumbre actúa de tal manera en la que dejo de lado eso y pienso en que puedo llegar a ser reemplazada.

Luego, puedo fiel a mí misma, darme cuenta de que la penetrante incertidumbre es huésped mía y que no tengo que prestarle atención. Puedo hacerlo fácilmente, con mucha agilidad, pero necesito de vos. Que vos me demuestres que no me vas a cambiar nunca. Que no me hagas pensar que puedo llegar a ser reemplazada. Es un gran requisito para mi felicidad, lo he comprobado. La maldita incertidumbre es uno de los factores que no me deja ser feliz, pero ¿Acaso alguien puede tener total seguridad? ¿Puede alguien no ser incierto? No lo sé. Pero es vital poder saber que nunca nadie ocupará mi lugar en vos, como nadie puede mínimamente a llegar a ocupar el tuyo en mí.
¿Podrías hacerlo?

Confianza.

No hay comentarios: