lunes, 25 de agosto de 2008

For you, my love.

Dear Juliette;
Hermosa, delicada y atroz. Mente tenaz. Oh, dulce Juliette, sé cuánto te cuesta partir.
Alma torturada, libera tus sentidos y deja que el mundo te absorba, acapará todo con tu escencia y tu aroma.
Si te convertiste en la reina del mundo, tómalo en tus manos y destrúyelo a tu gusto. Haz canciones trágicas sobre su final con una trama atenuante y luminosa. Haz de tu historia un cuento romántico y dale a la persona que te ha convertido en lo que eres tu tesoro más preciado, dale lo que merece. Baña toda la Tierra en sangre y lávala misericordiosa, crea las peores guerras y acábalas a tu merced. El mundo es tuyo, dulce Juliette.
Todas estas almas te adoran, flor de lirio, moldéalas. Tu dolor lo vale, tus poesías hirientes los atarán a la peor de las tragedias, cada uno de aquellos que toque tu edén y lo lastime. Nadie tiene derecho a lastimarte, nadie salvo él que te dio la vida.
Eres hoy la reina de todo y la princesa de este miserable reino, todo es tuyo, todo. Deja todo atrás y conviértete en eso que tanto anhelas, date el gusto de estar en ese trono.
Destruye todo y crea de nuevo.

Frágil Juliette, sé cuánto te cuesta partir, lo reflejan tus lágrimas. Pero no sufras, amor. Recuerda siempre que eres la reina del mundo, la dueña de todo. Mi dulce Juliette. Cuando no concilies el sueño, ven conmigo y escucharás la canción de cuna, te arroparé y dormirás en mi pecho.

Dulce Juliette, esta noche el mundo es tuyo.
Por hoy, mi mundo es tuyo.

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