Te resultaría extraño que cada palabra tuviese sentido y que vos no lo pudieses entender.
¿Y si algún día cobro yo sentido? ¿Y si llego a significar la Tierra?
Me resultaría extraño que lo pudieses ver, que mis palabras movieran tu suelo, ser yo una madonna.
¿Y si algún día decido quitarte el puesto de Rey? ¿Temblarías ante la prepotencia de mi mundo y de los ejércitos en tu contra?
Pero si para mí ser reina y ser peón es parte del mismo papel, porque destrozarnos con palabras es cosa de todos los días, si amarte por medio de furia es el método más sensato y lo sabés, te regalo sonrisas y me pateás con delicadeza, hasta que te levantás y me rompés todos los huesos, conmigo rematando y fallando repetidas veces dejándote unos leves moretones. Y volvés a mi cara mientras yo me desangro y con el roce de los labios nos curamos y volvemos a ser dos amantes felices; te toco la piel y descubro que estás curado, me pongo contenta, mirás mi cicatrices y las besás, agradecés que esté sana. Te invento ahora las sonrisas y con cada segundo que me seguís mirando se vuelve menos plástica. Se vuelve tuya, se vuelve real.
¿Y si te dijera que sos Rey y mi plebe? Es un laberinto, en el que vas cambiando de papeles, en el que movés las fichas hasta que podemos volver a jugar, donde te miro a los ojos y te lloro sin cuidado, en el que me rebajo y te pido mil perdones, en el que te castigo y en el que el objetivo es dejar la sangre dentro de las venas.
¿Y si vos fueses la clave? ¿Alguien entendería cuando digo que la felicidad requiere de esto? ¿Alguien me creería cuando digo que no es conformidad?
Y si yo te miro a los ojos, si nos miramos los dos por horas, si te encuentro desnudo y no se me desvía la mirada, si no te movieras al sentir mi piel, si pudiese hundirte en mi mismo mar... ¿Podrías seguir durmiendo tranquilo? Cuando yo ya no duermo, cada vez que cierro los ojos estás vos del otro lado de mis párpados.
¿Y si yo te digo que me voy a impregnar en tu mente? Y cuando llegue ese día en el que me desnude en frente tuyo y vos me mires a los ojos y si yo te digo que te amo no me respondas que vos también, cuando ese día llegue, ahí vamos a desaparecer. Vamos a desaparecer, y nunca vamos a volver.
Será ese el día en el que me acompañes a esa otra parte del mundo... cuando me acompañes a la otra mitad del mundo.
S o l a N u n c a E s t a r a s
Hace 15 años
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