&
Ahí por fin entendí por qué me habían dicho de no confiar en Rogelio, la verdad es que jamás me hubiera imaginado que de un regalo suyo saldría un pulpo gigante que se comería mi cabeza, ¿Quién lo diría? Haha, fue una experiencia desagradable, la sangre se mezcló con la baba del pulpo.
- La muerte de Sandrito -
© Juliette.
S o l a N u n c a E s t a r a s
Hace 15 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario