literaturaVIOLENTA

Y no, un texto duro no consiste en puteadas y comentarios aberrantes, sino en una buena redacción de palabras crudas y desgarrantes argumentos. Pero ¿qué quieren? En éstos momentos es ésto lo que sale de mí.
Porque hay tantas cosas en un lugar equivocado, me siento rechazada, abajo de una pendeja que lo único que hace es chuparle las bolas y decirle que lo ama, de una estúpida que busca nuevos desafíos y como no tenía nada más interesante que hacer u otra persona que le caliente la argolla se vino a buscar a mi novio. Oh, mi novio, el que me dejó en banda cuando le pedí un consejo y me lo negó porque le colgaba la PC, pero la reputísima madre que te remil parió. Ahora, seguramente, habla con la trola cara de verga doblada esa. O capaz no, y nos tiene a todos desadmitidos. O no sé ¿Por qué me importa tanto lo que hace? Ah, sí, porque él me importa. Y a quién le interesa, si cuando hacen cosas así te ponés en blanco por un minuto y pasa, total hay otras personas haciéndote cagar de risa en otra parte. Total, sé [él me dice] que sos la única para él y estoy en un pedestar en comparación con las otras. Claro. Pero ¿Saben qué? Si empiezo a hablar de él lo más seguro es que termine siendo un texto blando y estúpido porque no quiero que lea nada que lo ponga de malas, así que cambiemos de tema porque está chota de texto tiene el fin de descargarme.
Todo está mal hoy y todo me toca pero de una manera así como heavy. 'Muéranse todos.' es mi frase para hoy, 'Vhúpenme bien la poronga imaginaria y hagan una orgía con Benjamín y el resto de mis peluches.' porque ahora lo más seguro es que me llamen a ver cómo estoy, y voy a empezar sin ganas de hablar y voy a terminar hablando... pero no importa, porque me distrae de la mierda que me tiene tan nerviosa, aunque la persona que me llame también la siento en el lugar equivocado, me brinda contención y es lo que necesito hasta mañana que además de cagarme en las cinco putas horas de colegio tengo que ir a estudiar matemática con Cami, que realmente no me molesta pero quiero llegar a casa y rascarme las bolas, o capaz hacerme la enferma y faltar porque estoy con vómitos o con fiebre. Mentira, quiero no ir al colegio pero sí ir a la casa de Camila porque no entiendo tres pitos de matemática y necesito alguien que me haga reir como ella. ¡Otra cosa en el lugar equivocado! ¿Puede que absolutamente todo esté mal? No, porque hay cosas en su lugar y son las que mantienen mi cordura y mis ganas de vivir.
Y ahora, antes de que me llamen, me voy a hacer un té de tilo porque la conversación con ÉL me puso los nervios de punta, y cuando apague la luz para dormir toda es pija adentro de mi cabeza se va a juntar para hacerme pensar:
• Quiero cagarlo a trompadas.
• No quiero ir mañana al colegio.
• Desapruebo matemática.
• Hay sentimientos no correspondidos.
• Tengo que levantarme y soportar a mi mamá.
• Tengo que levantarme temprano a hacer una coreografía que tampoco tengo ganas de hacer.
• Siento dolor en un pulmón/riñón/vagina lo que sea que ese maldito órgano sea.

Pero claro, ahí está mi mejor amiga cagándome a puteadas como siempre. Sí, la amo y me hace superar algunas cosas.

Después de llorar como una histérica porque quería que mi novio me admitiera porque quería cagarlo a puteadas [Cosa que no hice, porque le tengo 'respeto' o miedo. Sí, creo que es miedo, porque me hace bosta que me desadmita.] y decirle toda la mierda que tenía adentro. Y se la dije, pero me dijo 'Ok', supongo que al menos recibí respuesta; bueno, luego de eso me puse a escribir este texto asqueroso y obviamente terminó sin gustarme pero no me importa, no me tenía que gustar, tenía que ser buena fuente de descarga y sí lo fue.

Y ya todo me chupa un huevo, me voy a ir a dormir con náusea y con ganas de cagar a trompadas a todo el mundo, pero me chupa los lindos labios de la concha y mañana seré feliz. Mentira, porque capaz llegue tarde de la casa de Camila y no pueda saber si me decidió admitir. Porque voy a ir al colegio. Porque sigo sin entender matemática.
En fin, todo está hecho una linda bola de caca aplastada por un carro de cartoneros que hoy casi me pelan cuando venía de haber acompañado a mi novio a la parada.

Suerte, señores.