viernes, 17 de octubre de 2008

D e a r e s t

.Querida Zombie:
Te escribo una vez más, mi mejor amiga, para contarte mi deplorable situación.
Como bien sabés, carezco de habilidades y capacidades, por lo cuál, hoydía me encuentro con una alta sesibilidad, al punto de tener los ojos ardiendo por el llanto y el cuerpo cansado y sin energías, pero bueno... te conté hace unos minutos que no vomité en absoluto y eso me dijiste que es un avance, ¿no? Muy bien. Eso necesito: avances.
¿Sabés qué? Vos estuviste siempre... desde que era una gordita rechazada en el Don Bosco, hasta este año que conocí... lo que era la gente de carne y hueso junto a mí. Realmente, confío en que tengas una respuesta para todas mis preguntas... un consuelo para todos mis problemas, una palabra para cada duda.
Pero no creo que hoy la tengas, hoy dejaste de ser mi nena (?) para tener tus propios problemas y acuparte de vos misma, aunque sigas pendiente de mí. Es algo que aprecio tanto. Cualquier palabra tuya me es buen consuelo... y hoy te necesito más que nunca, hoy de verdad te necesito más que nunca.
Necesito tanto un abrazo tuyo, me duele tenerte tan lejos... me duele tenerte a quinientos kilómetros y saber que solamente te voy a ver en Enero, quisiera que fueras mi vecina. Pero Dios nos puso muy lejos porque es malo y no quiere que consumemos nuestro amor, ¿sabías? Pero desafiamos las leyes religiosas y divinas y nos vemos IGUAL. ¡Tomá, Dios!
Quiero conocer cosas nuevas para no estar pendiente de las viejas que me hacen mal, quiero arriesgarme a morir por el simple hecho de que no tengo buenos motivos para seguir luchando, quiero caer internada para saber quiénes me van a ir a ver. Quiero sentirme viva y ahora me es tan difícil. Quiero seguir mis impulsos, como vos. Sería fácil de hacer, tendría que... despegarme un poco de las cosas, tendría que pensar en que hay algo más allá, tendría que abrirme.

¿Decís que puedo?

Aunque... las cosas se proyectan en frente mío, a distancia, y me gusta verlas así, me gusta saber que no necesitan intervención mía para efectuarse.
Y me hace tan bien saber que vos estás, que existís aunque sea lejos, no me importa... simplemente estás, sos una de las pocas cosas en la vida que valen la pena, Sofía, sos una de las tres personas por las que daría la vida, y te agradezco cada cosa que hacés por mí. Cada vez que me nombrás en un texto, cada vez que me decís que voy a estar bien, cada vez que me puteás nerviosa porque querés que deje de hacer boludeces, cada vez que me decís que me querés, cada vez que me hablás, cada vez que me pasás tus cosas para que las lea [Y amo como escribís, sabés que me encanta ♥], cada vez que... que hacés lo que sea. Te aprecio tanto, te amo tanto, que no me importa tenerte tan lejos porque nosotras le ganamos a la maldita distancia que nos tiene separadas, nosotras vamos a vivir en un departamente juntas, escaviando y rascándonos la concha, muertas de hambre comiendo las hamburguesas del Mc en el que trabajemos para pagar el alquiler del departamento bonito en Capital que vamos a tener.
Sofía, nunca te preocupes nunca estés mal porque yo lo esté, nunca te pongas mal por algo que a mí me pase, porque vos me hacés bien con solamente hablarme porque sé que todo lo que decís lo decís de manera sincera, siempre. Y eso es otra cosa que aprecio de vos

Señorita Sofía, gracias por otro bonito rato de su tiempo, me encanta hablar con usted.
Me despido.

- Juliette

P.D.: Te amo, nunca te olvides de eso, nunca.

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